El Gobierno Federal de Estados Unidos quedó paralizado este miércoles por la mañana luego de que el Congreso no lograra aprobar una ley de financiación, en medio de fuertes diferencias partidarias. Se trata del primer cierre gubernamental en casi siete años.

La medida impactará de manera directa en cientos de miles de empleados federales, que deberán tomar licencias sin goce de sueldo. Además, algunos servicios públicos podrían quedar interrumpidos o sufrir demoras, y la difusión de datos económicos oficiales también se verá afectada.

El cierre se produjo tras el fracaso en el Senado de Estados Unidos de un proyecto de gastos de corto plazo impulsado por los republicanos. La iniciativa fue bloqueada por los demócratas al no alcanzar los 60 votos necesarios para su aprobación.

Durante las negociaciones, los beneficios médicos concentraron las principales diferencias. Los demócratas reclamaron la ampliación de los subsidios reforzados de la Ley de Atención Asequible, que vencen a fin de año, y la reincorporación de ciertos inmigrantes legales, como refugiados y solicitantes de asilo, a los programas de cobertura.

En cambio, los republicanos rechazaron esas propuestas y promovieron mantener sin cambios los actuales niveles de gasto, con el objetivo de extender el tiempo de discusión sobre el presupuesto.